7.12.06

Dos pequeños amigos

Me encontré con Marcos casualmente. Vagaba cerca de la escuela porque mi reunión se había suspendido a último momento y lo descubrí paseando como quien acaba de enterarse de que sólo existe el día de hoy.
¿Quién me estaba saludando? No tenía puestos los lentes, sólo alcancé a reconocerlo cuando nos separaban unos pocos metros. Sonreímos. Quise sostenerle la mirada hasta el momento de estrecharle la mano y, acaso movido por la timidez, volteé los ojos antes.
—¿Qué haces Marcos? —le pregunté.
—Espero a mi prima, que está en la escuela.
Mientras duraran las clases teníamos tiempo para dar un paseo. Mi casa quedaba cerca y él quería conocerla, así que allá fuimos.
Luego de caminar un par de cuadras estábamos meciéndonos en la hamaca. Vimos algunas fotos y escuchamos las viejas canciones de Charly García. Le presenté al loro y al gato, le cayeron de maravilla.
Mi amigo subió al altillo confesando que la oscuridad le daba un poco de miedo. Le mostré el rincón donde escribo, y la atmósfera le inspiró contarme alguna de esas historias que se cuentan en voz baja y que algún día sabremos contar.
Conversábamos de todo lo que a uno lo hace reír cuando Marcos descubrió la envoltura de unas galletas. Alguien las había devorado sin dejar rastro.
—¿Dónde está la cocina? —preguntó.
—No funciona, comemos en una pensión—le respondí.
—¿En serio? —tragó saliva.
—Jua jua jua —su cara de asombró me dio risa— Sí. Vamos a la tienda a buscar unas galletas.
Nos sentamos a comer en la plaza, y mientras el sol bajaba charlamos de fútbol y otros juegos.
Las clases de su prima terminarían con el día, así que empezamos a caminar de vuelta al parque que está frente a la escuela. No tardamos en reconocerla entre la gente que se amontona para salir. Nos despedimos con pena. Era difícil pedirle a Marcos que se quedara un rato más... él todavía no decide, apenas tiene seis años, yo en cambio ya voy por el cuarto de siglo.

4 comments:

Estido said...

Raro, muy raro. Se presta a varias interpretaciones. Una vez más, buen giro de tuerca. Saca de onda, te mueve el tapete y deja el misterio flotando.
Un abrazo.

none said...

Bien Oso. por un momento pense que se trataba de algun cuento homosexual, pero ya vi que no. La verdad a mi tambien me ha sacado de ondaª!!!
pero bien.

Edu said...

Gracias amigos. Es un cuento que escribí como hace seis años, y el otro día se me dió por corregirlo. Lo escribí cuando vivía en el exhubernate pueblo de Urubichá, pero creo que noe stá del todo logrado.

Sakura said...

Sabes... en algún momento llegué a pensar que era la historia de un posible secuestrador de niños... jajajaja... pero interesante el final, le da un tono de misterio.

Saludos =)