Una ciudad late
con aires de pueblo.
Una mujer respira
tierra adentro, con
un niño inspirando
el calor del suelo
que jamás va a pisar.
Un villorrio a dos
pasos del cielo.
Corren sus penas
en un canto
sostenido de sueños:
dioses lisiados
sin derecho a espejos.
Así, así marchamos
sin rumbo alguno
pero pidiendo horizontes
al universo.
Así, así vivimos
bailando para pasar
de noche a un mañana
incierto.
Así como el que asiste
a su propio dolor
yo quisiera ver
los colores de mi pueblo.
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10 comments:
Muy lindo Eduardo, acabo de sentir el viento helado del altiplano, ese viento olor a tierra, a tierra nuestra.
A sentir esa nostalgia sempiterna
altiplano amoblado de nubes
A recordar el color bronce
de los habitantes de esta tierra
A caminar a travez del enclaustro
oyendo los latidos de mi ciudad
A todo eso...me invita tu poema.
me hizo recorrer por la ciudad con su periferie ... sus contrastes.
Muy inspirador o mejor dicho... suspirador!!! jajaja =)
Gracias Capsula, que bien que sigas postenado y comentando incluso en vacaciones!
Diego, hermano, lo mejor que puede pasar con algo que escribo es que inspire. Gracias hermano!
Gracias Sakura, un abrazo
Urbandino mismo. La ciudad te habita, viejo, y tú la inventas. ¡Buenas letras! Un abrazo.
que lindo, me hizo pensar en lo lindo que es vivir en este lugar...increible...
saludos!
Gracias Estido, es un gusto compartir contigo.
Cane: Yo también pienso que es maravilloso vivir en La Paz, se deja amar con todos sus olores y hedores.
Eduardo: Has hecho un retrato tan hermoso, varias veces que ya me he detenido a mirarlo, es realmente hermoso :), tiene mucha, mucha vida.
Gracias Vero Vero, lo hice inspirado en uan canción instrumental de un amigo mío, a ver si la posteo luego, un beso y un abrazo
Eduardo
Me encanta... Especialmente "así vivimos bailando para pasar de noche a un mañana incierto".
Un abrazo.
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