La anterior semana tomé unas cuantas pruebas de personalidad, entre ellas estaba el Inventario de Trastornos de Personalidad del DSM IV. Despaché al último de los evaluados y un amigo de siempre, al que llamaré Andreas, me estaba esperando en la antesala del consultorio, como habíamos quedado. Cuando vio que ordenaba unos cuestionarios preguntó: ¿qué es eso? Un test de personalidad que le apliqué al cuate que acaba de salir, le dije. ¿Puedo hacerlo?, se entusiasmó. Claro. Pero después me das los resultados. Seguro.
Los resultados en la prueba de mi amigo son contundentes, efectivamente dan un trastorno de personalidad, pero además, y por sobre todo, están las particularidades que la psicología tradicional es incapaz de enmarcar. Con razón dijo alguna vez una profesora mía que la vida va más allá de la psicología. Si nos basamos en los resultados del test mi amigo debería andar por el mundo con un cartel que le cuelgue del cuello con la palabra: esquizotípico. ¿Cómo debería redactar un informe psicológico de Andreas, que vaya más allá de los libros sobre trastornos? A continuación un ensayo.
Andreas solicitó expresamente que se le aplicara la prueba, mostró entusiasmo y afán a la hora de resolverla, antes de empezar con ella advirtió: “me gustaría tener los resultados mañana mismo, me molesta mucho esperar fallos de concursos y pruebas”. Con esto damos cuenta de la ansiedad, acaso crónica, característica de su tipo de personalidad. Andreas, arquitecto de profesión y ejercicio, radica en La Paz, vive con sus padres, una hermana de veinte y un hermano de veintitantos, él está cerca a los treinta. ´
La convivencia le cuesta. Una vez, urgido por las circunstancias, su hermano tomó prestados unos calzoncillos suyos; al enterarse Andreas se negó a utilizar otra vez la prenda. Desde entonces su hermano optó por no avisarle cuando toma prestada su ropo interior. Difícilmente compartirían otra prenda, pues Andreas viste casi siempre de negro, con poleras de bandas de rock y metal que poca gente más usa. A veces se cubre con un gabán de cuero, el cabello le cae más abajo de los hombros cuando no se hace una cola, estos vienen a ser indicios de lo que el manual llama comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar, y además engranan con otro criterio fundamental de su trastorno (trastorno, ¡qué palabra para fea!): un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así dice el libro. En realidad Andreas tiene una manera muy peculiar de socializar.
Me pregunto qué harían los esquizotípicos para conocer gente antes de que haya internet, pues Andreas conoce un montón de mujeres por medio del chat. Claro que a la hora de encontrarse cara a cara se ha llevado más de un fiasco, amén de ciertas gratas sorpresas. Con el tiempo ha desarrollado todo un modus operandi: las conoce en una sala común de chat, se las lleva al messenger, termina saliendo a flote el tema sexual, puede que tenga un encuentro virtual como que no, de todas maneras pide teléfono y hace una cita. Una vez en el mundo tangible el asunto toma rumbo.
El manual de trastornos también puntualiza como rasgo suyo: creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales. Sí, Andreas tiene ideas raras que le dan vueltas en la cabeza, ahora está obsesionado (los libros también señalan rumiaciones obsesivas) con las rubias. Hace bastante tiempo ha dejado de hablar de su supuesta inmortalidad, creo que en algún momento de verdad se creyó inmortal, ahora es una más de sus estrategias de conquista, hay mujeres a las que les encanta la idea de salir con un inmortal siempre y cuando no sea cangrejo, y Andreas no es ningún cangrejo. La afectividad fría y vacía de contenido, que a menudo se acompaña de anhedonia también se convierte, de acuerdo a las circunstancias, en parte de la estrategia. Recuerdo cierto viaje a los Yungas en que su displicencia vestida de negro despertó la atracción de una chica bien linda: “no, este tipo de música no lo bailo” desdeñó, y despertó aún más atracción. Obviamente no la dejó ir, conversaron mucho, se besaron, y el caballero de la oscuridad terminó bailando de todo, incluso cumbia. Esa fue una de las veces que le llegó el amor, a pesar de que la situación estaba muy lejos de lo que más lo excita: la fantasía. Al descontrol del romance se había entregado ya un par de veces, con y sin fantasías rotas. Cierta época en que se le dio por las vampiresas salió con un chica que se cortó el dedo para que Andreas bebiera su sangre, supongo que tuvo asco y por eso se negó a beber, la historia con vampiresas no fue mucho más lejos.
Suspicacia e ideación paranoide. Es nomás desconfiado, pero hay personas en quienes confía y cree. Falta de amigos íntimos o desconfianza fuero de los familiares de primer grado. Supongo que he llegado a ser un “amigo en primer grado”, Andreas me ha regalado más de un buen libro, un gesto entrañable, un montón de buenos chistes, alguna que otra rabieta, hasta un día me dijo te quiero el muy cursi.
Se ha comprobado que para hablar de una persona los marcos de un trastorno quedan chicos, el paradigma reduccionista de la ciencia (causa efecto) queda obsoleto, un gran avance en cualquier disciplina es aceptar el descontrol, la imposibilidad de lo objetivo, la influencia del observador sobre lo observado. La psicología sistémica toma el paradigma de la complejidad donde cada elemento es causa y a la vez efecto de los otros, en la teoría del caos se busca orden y pauta donde sólo había azar e incertidumbre. Ahí está el afán científico, donde las posibilidades de interacción desafían nuestras posibilidades de cálculo y donde principalmente aceptamos la incertidumbre. Una mirada infantil nos permitirá encontrar algo.
4.12.07
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5 comments:
Creo que la ciencia, aunque quiera reglar, clasificar y sub-clasificar la vida humana, aunque lo intente de todas las formas posibles nunca podrá hacerlo del todo. Somos seres multidimensionales, polifacéticos y muchos, demasiado complicados. Sólo con la existencia del Inconsciente ya las verdades absolutas y los hechos irrefutables ha quedado en entredicho o han sido refutadas. Todo es relativo, todo depende...
La palabra es vehículo del pensamiento, así como las acciones. Sin embargo ellas es sólo un reflejo en agua sucia de su fuente de origen, la mente humana. Aunque nada es absoluto nosotros creemos atrapar la realidad en unas cuantas palabras... quizá para demostrar que la vida no se nos escapa de las manos y que tenemos cierto control sobre ella.
Me gustó mucho tu reflexión... un beso grande...
Querido Oso: No voy a discutir contigo tan "severamente" sobre psicología, por que creo que nos hemos pasado dias enteros divagando al respecto. Pero que bien has explicado la situación de tu amig... al cual ademas tengo el gusto de conocer, y ahora es también fuente de tu inspiración, así como lo es el "Nardo Rosado" para mi. De todos modos me ha dejado convencido que la psiclogía nos usa para fines superiores a la propia psicología; creo sin temor a equivocarme que tu y yo nos servimos bien de ella.
Saludos hermano. cada vez escribes mejor.
Oscar
Osezno, concuerdo con el perrito (esto parece un zoológico), cada vez escribes mejor. Me encantó este post. Y ya me olvidé lo que te iba a decir porque la perra de mi suegra (aclaro: la perra propiedad de mis suegra) no deja de ladrar y ya me desconcentró.
Te dejo un abrazo. Nos vemos mañana.
Es por esa razón que no es ético intentar analizar a amigos, parientes, novios, etc.
El examinador pierde la subjetividad y bum!...catástrofe, porque ahora tu amigo "es" los resultados de tu análisis y hasta el tequiero que te profirió un día está en tela de juicio.
Es cierto que cada persona es un compilado de todas las influencias socioculturales, familiares y experienciales propias que la hacen única...pero también es cierto que existen ciertas características comunes e inherentes a la raza humana, características fisiológicas, cognitivas y emocionales...gracias a eso la psicología es una ciencia y gracias a eso podríamos decir que tu amigo tiene personalidad "esquizotípica".
Pero, sabemos, que con un test no puedes sacar una conclusión, mucho menos un diagnóstico. Más bien que somos profesionales celosos de nuestra carrera y no nos dejamos llevar por impulsos de psicólogos sabelotodos dueños de la razón y la verdad (conozco varios de esos).
Me encantó tu post...
Un beso y un abrazo hasta La Paz para ti querido Eduardo.
Albita: por algo no existe la palabra "completitud", ¿no? Un beso.
Perro amigo: es una gran idea en la que coincidimos esa de servirnos dela psicolgía, la ciencia y su caminos quedan cortos al lado de los del arte.
Vani: esas perras de las suegras siempre ladran un montón, especialmente cuando son chiquitas y blancas.
Pao: menos mal no pongo en tela de juicio el te quiero de mi amigo, por más cursi que suene, q la ciencia no se sirva de nosotros, sino nosotros de ella. Un besote.
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